
Ese día precisamente estaba desanimado. Cuando llegue al lugar de reunión empece a orar así ¿porque permites esto ?. ¿porque tengo que estar desanimado?. ¿porque estoy mal de salud?.
Yo que lo di todo… De repente entro un leproso. Estaba ciego, y para desplazarse no le quedaba otro remedio que ir de rodillas. Creyendo que estaba solo empezó a orar en alta voz. Era una oración de alabanza, de acción de gracias, una oración maravillosa.
Ya no recuerdo todo lo que dijo, pero si me acuerdo de estas: te doy gracias por todo lo que hiciste por mi durante mi vida. Incluso te doy gracias por esta enfermedad. Si no hubiese contraído la lepra, me hubiese quedado en la selva. Seguramente seria un hombre rico, pues tengo cebus y arrozales, pero no te hubiese conocido nunca. Debido a esta enfermedad vine a parar al sanatorio, y fue ahí donde te conocí. Conocerte valé mas que todo lo demás. Te doy gracias por todo, incluso por esta enfermedad.
Me quede sin palabras y me eche a llorar. Y en voz baja finalice mi oración diciendo: perdóname, Dios mio. No murmurare nunca mas sobre ti.
Compartido por: Hermana Leonor Sanabria.
Q GRAN VERDAD DICE ESTA REFLEXION, A VECES NOSOTROS NOS QUEJAMOS POR CUALQUIER COSA, CUANDO LA PALABRA DEL SEÑOR NOS ENSEÑA A SER AGRADECIDOS SEA CUAL SEA LA SITUCION QUE ESTEMOS ATRAVESANDO... QUE EL SEÑOR NOS AYUDE CADA DIA PARA SER AGRADECIDOS EN TODO MOMENTO. LO MAS IMPORTANTE ES TENER A DIOS EN NUESTRO CORAZON Y QUE SU PRESENCIA SIEMPRE ESTE EN NUESTRAS VIDAS. AMEN.
ResponderEliminar