
Dios ha ordenado que todos seamos testigos por Cristo.
Ser ministro en la iglesia y hay muchas personas que él no puede alcanzar.
Pero los miembros de la iglesia salen de los servicios y se esparcen por toda la comunidad, teniendo contacto con miles de personas en la vida diaria de negocios, instrucción, recreación, etc.
El pastor nunca podría alcanzar a tantas personas. Debemos llevar con nosotros el testimonio del evangelio así como dijo Cristo: “Asi alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”.
Pablo nos dice la manera de hacer esto; en buenos tiempos y malos, cuando es fácil y cuando es difícil, declarando por palabra y por nuestra vida las buenas nuevas de una salvación gratis que Jesús compro por nosotros cuando sufrió la muerte en la cruz de calvario.
Si descargamos nuestro deber con fidelidad, no tendremos que avergonzarnos delante de el cuando el vuelva por nosotros.
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